Juliet cae. Inexorablemente, cae. Sawyer trata de rescatarla, pero es inútil; Kate también intenta ayudar, infructuosamente. Pockets of electromagnetic energy are a bitch; no puedes luchar contra tal fuerza inmisericorde. Juliet cae. Demonios, Juliet cae.
De todas las maneras en las que un final de Lost podría haber causado impacto (cosa que siempre ocurre), sin duda alguna ésta era la más asombrosa. Y no por inesperada. Siempre supimos que el idilio dhármico entre James y Juliet nunca terminaría bien. Para bien o para mal, intuimos el sino trágico de la mayoría de nuestros náufragos espaciotemporales favoritos: toda la felicidad, o al menos, la deliciosa paz que emitían ambos al final de LaFleur era un engaño: "¿verdad que se ven bien, juntos?; ¿verdad que se ven felices? Pues bien: eso no durará mucho" Era obvio, dolorosamente obvio. Así, debemos quitarnos el sombrero ante Carlton y Damon: a pesar de que la atracción parece ser principalmente el elemento fantástico/científico, y a pesar de intuir de antemano el destino de ambos personajes, lo que nos pega a la pantalla es el gesto desesperado de Sawyer, el rostro angustiantemente resignado de Juliet, la manaza del ex-convicto casi enterrándose en la piel de la ex-Otra, aferrándose penosamente a ese último destello de una vida tranquila, de una vida pacífica, de una diminuta felicidad. Pienso que esos segundos encapsulan la esencia de Lost: personajes atormentados inmersos en una situación inimaginable, luchando por mantener un poco de orden dentro de tanto caos, buscando algún tipo de significado dentro de tanto absurdo. Indudablemente, The Incident tuvo muchísimas escenas memorables, varias líneas inolvidables. Pero, en última instancia, recordaré The Incident y, probablemente, toda la quinta temporada, por esa escena.
(y, ahora, Louange à l'éternité de Jésus, un extracto del Quatour pour la fin du temps, de Olivier Messiaen. una de las obras sonoras que más profundamente me afecta. indescriptible)
De todas las maneras en las que un final de Lost podría haber causado impacto (cosa que siempre ocurre), sin duda alguna ésta era la más asombrosa. Y no por inesperada. Siempre supimos que el idilio dhármico entre James y Juliet nunca terminaría bien. Para bien o para mal, intuimos el sino trágico de la mayoría de nuestros náufragos espaciotemporales favoritos: toda la felicidad, o al menos, la deliciosa paz que emitían ambos al final de LaFleur era un engaño: "¿verdad que se ven bien, juntos?; ¿verdad que se ven felices? Pues bien: eso no durará mucho" Era obvio, dolorosamente obvio. Así, debemos quitarnos el sombrero ante Carlton y Damon: a pesar de que la atracción parece ser principalmente el elemento fantástico/científico, y a pesar de intuir de antemano el destino de ambos personajes, lo que nos pega a la pantalla es el gesto desesperado de Sawyer, el rostro angustiantemente resignado de Juliet, la manaza del ex-convicto casi enterrándose en la piel de la ex-Otra, aferrándose penosamente a ese último destello de una vida tranquila, de una vida pacífica, de una diminuta felicidad. Pienso que esos segundos encapsulan la esencia de Lost: personajes atormentados inmersos en una situación inimaginable, luchando por mantener un poco de orden dentro de tanto caos, buscando algún tipo de significado dentro de tanto absurdo. Indudablemente, The Incident tuvo muchísimas escenas memorables, varias líneas inolvidables. Pero, en última instancia, recordaré The Incident y, probablemente, toda la quinta temporada, por esa escena.
(y, ahora, Louange à l'éternité de Jésus, un extracto del Quatour pour la fin du temps, de Olivier Messiaen. una de las obras sonoras que más profundamente me afecta. indescriptible)